Se calcula que en México un tercio de la población adulta tiene dificultades para dormir, siendo el insomnio el problema más común registrado. Quien lo padece, comúnmente desarrolla un estado de fatiga durante el día que, de ser crónica, puede resultar en somnolencia excesiva diurna. Estos trastornos impactan el funcionamiento diario, afectando el rendimiento laboral o escolar y aumentando el número de errores o accidentes que se llegan a cometer; desafortunadamente, debido a lo común que se ha vuelto hablar de ellos, se ha ignorado su tratamiento.
En el marco del Día Mundial del Sueño, conmemorado el 15 de marzo, se llevó a cabo el XIV Encuentro Nacional de Medicina del Dormir, en donde especialistas explicaron la importancia de contar con una buena calidad del sueño, así como su impacto en la salud y vida de las personas.
La doctora Margarita Reyes Zúñiga, médico psiquiatra especialista en medicina del dormir, destacó que la somnolencia excesiva diurna también denominada hipersomnia, es un trastorno que se caracteriza por una sensación de sueño extrema a lo largo del día, causando que algunas persona se queden dormidas en contra de su voluntad. La doctora indica que esto puede ser peligroso cuando sucede con frecuencia, en especial si la persona es responsable de conducir o manejar maquinaria pesada.
Estadísticas indican que tres de cada diez accidentes son provocados por personas que se quedan dormidas al volante, representando una de las principales causas de mortalidad en la población de entre 18 y 25 años, un grupo que tiende a desvelarse.
De hecho, la doctora Reyes señaló que dormir menos de 4 horas durante la noche aumenta 15 veces el riesgo de un accidente automovilístico. Otro ejemplo revelador es que las personas que están despiertas durante 18 horas seguidas, como aquellas que duermen solo de 12 a.m. a 6 a.m., muestran un desempeño al volante similar al de alguien con un 0.05% y un 0.10% de alcohol en la sangre.
Además, durante el sueño nuestro sistema inmunológico se fortalece, ayudándonos a combatir enfermedades y a mantenernos saludables.
Tres elementos que caracterizan a un sueño de buena calidad son:
- Duración: el tiempo de sueño en la noche debe de ser suficiente para descansar y estar alerta al día siguiente.
- Continuidad: es importante la capacidad de mantener períodos de sueño ininterrumpidos sin despertares frecuentes para no interferir con los ciclos naturales del sueño, especialmente con las fases más profundas.
- Profundidad: el sueño debe ser lo suficientemente profundo para alcanzar sus distintas etapas, en las cuales el cuerpo realiza funciones importantes como la reparación de tejidos y con ello, volverse reparador.
De no ser así, se puede sufrir de somnolencia diurna y una serie de efectos adversos en la salud como el aumento de la mortalidad, peso y obesidad, además de presentar diabetes y alteraciones en el metabolismo, inflamación, enfermedad cardiovascular así como otras alteraciones en la salud mental.
Los especialistas recomiendan mantenerse alerta ante las primeras señales de alguna anormalidad en el ciclo del sueño y no ignorarlo. Detectar a tiempo cualquier padecimiento, de la mano de un especialista del sueño, facilitará el tratamiento de algún trastorno que puede impactar negativamente en nuestra calidad de vida.
Es de suma importancia que la población se informe y se atienda oportunamente con un profesional de la salud, como un neurólogo o médico especialista en sueño, y así obtener un diagnóstico personalizado que le ayude a prevenir consecuencias más graves a largo plazo.